Andábamos por el año de 1236, siglo XIII, cuando una serie de acontecimientos hicieron posible que el antiguo vergel bético pasara definitivamente al Rey de Castilla. Algunos almogavares y adalides llegados de Andújar, conocieron a través de algunos moros traidores, la desidia defensiva en la que se encontraba una parte de la villa, la denominada como Ajarquia. Es necesario recordar que la fecha en que nos encontramos es aun muy temprana, pues la mayoría de las ciudades y villas de Andalucía permanecían aun en manos Árabes, y Córdoba era y había sido demasiado fuerte como para proyectar un plan de conquista, recordar que Granada no se conquisto hasta 1492 , mas de 200 años después.
En una cerrada y húmeda noche las escalas se lanzaron sobre las deterioradas murallas de esta parte de Córdoba, Domingo Muñoz, arengo a los presentes y encomendó su alma a Dios antes de comenzar a escalar. Benito de Baños y otros habían conseguido subir a una torre ataviados a la usanza mora. La guardia estaba adormecida, era inconcebible una empresa de tal dimensión por parte de los cristianos. Benito y Alvar Colodro, por ser profesionales de la frontera se dirigieron en lengua Árabe a la guardia que los habían visto, explicaron que eran jefes de inspección, y con el aturdimiento de esta procedieron fulminantemente, sin dilación alguna, en un gesto de fiereza propia de la época, a cercenar gargantas de los infieles, algunos consiguieron huir despavoridos.
La escena debió ser grotesca, conmovedora, la sangre apareció por doquier, emanada de las arterias y venas de los tajos dados por los cristianos, caliente plasma que incluso resultaría agradable al entrar en contacto con la fría piel de los atacantes, habida cuenta de la gelidez de la noche, y su olor espeso y penetrante enmascararía el fétido hedor de aquella parte de la ciudad donde se acumulaban los pozos ciegos, la basura acumulada de los vecinos, además de las inmundicias del ganado domestico.
Este grupo de fanáticos cristianos, durante toda la noche continuo conquistando varas y varas del adarve de las murallas, hasta llegar a la puerta de Martos, donde habían quedado con Pedro Tafur para abrirle la puerta al resto de la tropa y a los caballos.
Los Mahometanos que se habían refugiado temerosos en la otra parte principal de la ciudad, denominada como Madina, comenzaron a organizar la defensa, y los cristianos solicitaron mandando emisarios la ayuda de Ordoño Alvarez y del Rey Fernando III que se encontraba en Benavente. El monarca quedo perplejo ante la misiva que le trajo el jinete, ¿cómo podía ser posible que el sueño de sus antepasados y el suyo propio se pudiera estar cumpliendo?. En tan solo 12 días, a caballo marcho con sus ejércitos a la anhelada Córdoba, algunos corceles sufrieron los avatares de tan veloz viaje, pero la gesta bien lo merecía.
Cuando llego a la ciudad decidió cortar el abastecimiento que tenían los arabes a través del puente antiguo. Paso el río con sus tropas por el puente de Alcolea, para acampar en la entrada del puente Mayor.
El emir cordobés intento que le ayudasen desde otras ciudades limítrofes pero la trama desarrollada por Lorenzo Suarez, un mercenario cristiano que estaba en las filas musulmanas por desavenencias con el Rey, gracias a su ingenio aparento que las tropas asediantes de Córdoba eran muy numerosas cuando en realidad no lo eran. Ante Ello se desmorono todo intento de ayuda.
Unos meses después , tras muchas confabulaciones, la ciudad capitulaba. Mientras los musulmanes cordobeses se marchaban cayéndose de hambre a catervas, su príncipe Abu Hassen entrego al rey Castellano las llaves de la ciudad. Fernando ordeno que la enseña de la cruz precediese a la real y que fueran puestas en la muy alta torre de la Mezquita, para goce de la cristiandad y desconsuelo del Islam.Córdoba había caído.
Que sugestivo resulta imaginar aquellos momentos cuando los cristianos entraron en el recinto fortificado y admirados pudieron ver sus jardines y palacios, sus edificios, sus templos, en definitiva aquellas descripciones tan narradas por los trovadores y que ahora se encontraban a merced de los conquistadores.
Dentro del templo se encontraban almacenadas las campanas de Santiago , años atrás Almanzor las hizo traer desde la ciudad del apóstol hasta Córdoba a hombros de Cristianos, era justo ahora hacer lo contrario, así se hizo. El solar de Córdoba cambio de propietario, a partir de este momento seria necesario repoblar esta ciudad con colonos que la sacaran adelante, en ellos debemos buscar gran parte de nuestro origen biológico, serian ellos nuestros primigenios ascendientes y de los que procedemos.
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