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viernes, 7 de diciembre de 2012

El toro de Osborne de la cuesta del Espino.







Que cordobes no reconoce la afamada imagen del toro en nuestra cuesta del Espino, quien no ha intentado impresionar a sus hijos al pasar por el lugar, ¿pero cual es su origen?, ¿como surgio?
    Hoy hablaremos de la conocida figura del toro de Osborne[1], vision que se recorta en numerosos altozanos y esbeltos cabezos junto a las carreteras de nuestra geografía, a cuyos parajes ha terminado por darles fisonomía propia. La airosa figura que otrora anunciaba un brandy muy popular fue tomando carta de naturaleza hasta hacerse indisoluble del paisaje y de la mentalidad de un buen numero de ciudadanos. Sin embargo esta imagen estuvo a punto de desmembrarse por motivos que se alejaban enormemente del sentir popular y que introducían a la política como detonante de un proceso con muchos intereses ocultos.
Dicha polémica, en la que intervinieron publicistas, empresarios, artistas e incluso ministros y partidos políticos, se levanto a raíz de la posible puesta en ejecución de lo indicado en el articulo 24 de la Ley 25/88 de 29 de julio, alusiva a la publicidad fuera de los tramos urbanos de las carreteras estatales, articulo que expresamente la prohíbe y que la incluye como infracción muy grave en otro articulo posterior, el 31.4 en su apartado g.
Tal infracción significaba para la casa propietaria del toro, además de la retirada de las figuras, una multa de un millón y una pesetas, impuesta por el consejo de ministros.

Actualmente solo existen 93 toros de Osborne de los 500 que llegaron a publicitar dicha marca comercial por toda España, incluida la insular, Ceuta, Sahara y aun en Guinea.
Se comenzaron a fijar en 1957, siendo el primero de ellos el levantado en Cabanillas de la Sierra( Burgos), fabricado enteramente en madera aunque posteriormente se ejecutaron en laminas metálicas que alcanzaban una altura de 12,50 metros, una superficie de unos 150 metros cuadrados y unos 4000 kilos de peso, todos ellos convenientemente anclados con torretas metálicas y zapatas de hormigón.

Su creador artístico fue Manuel Prieto y su autor material Félix Tejada, ambos consiguieron una figura airosa, de recia personalidad hispana, en buena parte imagen de Andalucía y por extensión de España.

Tales figuras a lo largo de los años han sufrido diferentes avatares, la casa propietaria ha tenido un elevado coste en su mantenimiento, de su ubicación y de la mayor o menor accesibilidad del publico a las mismas. La retirada del nombre comercial y de otros emblemas de la superficie del toro…etc. Sin embargo la popularidad de los mismos siempre fue en aumento, un famoso cineasta la popularizo en su filme Jamón Jamón, sin olvidar que el indicado toro figuro en 1972, como portada del New York Times Magazine o como reclamo de la marca Volfswagen en 1985.

En cualquier caso la reacción popular logro detener el expediente sancionador y algunas comunidades autónomas ( Andalucía y Navarra) en contra de otras , mediante la declaración de Bien Cultural, evitaron la desaparición de las figura y el que el Tribunal Supremo suspendiera la retirada del reclamo, definido burocráticamente como “ una figura de toro negro, muy conocida en las carreteras españolas”.

Si bien el creador artístico del toro de Osborne fue Manuel Prieto, debemos indicar que la tipología empleada en su creación, tiene una rica y variada vida plástica anterior, que arranca desde la mitad del tercer milenio antes de Cristo y que se ha ido perpetuando hasta nuestros días. Los iniciadores de esa vida fueron los Sumerios, pasando la figura de los bóvidos a ser uno de los tipos básicos de su repertorio animalistico en el terreno del arte.

En las ilustraciones aparecen por un lado los clásicos ya toros de Osborne y por otr el “toro Sumerio de El Obeid”, pieza de Bronce datada hacia el 2500 ac. El parecido es incuestionable.










[1] Para la elaboración del articulo me he basado en las indagaciones de D. Federico Lara Peinado, profesor de Historia Antigua.

1 comentario:

torodemelida dijo...

Anterior a Prieto fue el pintor Enrique Mélida. Melida también pintó la silueta de un toro sobre una loma que fue muy famosa en su tiempo. A pesar de ser el pintor de temas taurinos más influyente e importante de la mitad del siglo XX Mélida ha sido rápidamente olvidado. En su cuadro "Se aguó la fiesta" (1876).
Adjunto varias reseñas de diarios del siglo pasado en la que nos hablan de ese importante pintor admirador Goya.



Unas notas de prensa que nos pueden ilustrar lo que estoy diciendo: (ABC. Madrid. El carnaval de Roma. 4 de Febrero de 1923. Martín Ávila)

"Maestro en este arbitrio fue Enrique Mélida. Uno solo de sus cuadros, ¡Se aguó la fiesta!, ha sido en España, y lo es aún, más popular que las Meninas y mucho más que el entierro del señor de Orgaz, y, por lo menos, tanto como la más popular obra mística de Murillo. ¡Se aguó la fiesta! es aquel cuadro en que un bravo toro, retinto en negro y corniapretado, se planta amenazador ante un grupo de chisperos que comen regocijados en pleno campo."


Revista de la Biblioteca Archivo y Museo. Ayuntamiento de Madrid, nº 13. Enero 1927.

Mélida, madrileño, nacido el 6 de abril de 1838, casa con María Bonnat, hermana del retratista francés León, y muere en París el 28 de abril de 1892. Trasladado a Bayona es enterrado en el cementerio de San Esteban en el panteón de la familia de su mujer. Es el autor de "Despacho parroquial", "El esquilador", "La lección de toreo", "La antesala del príncipe de la Paz", "La misa de parida", "Ronda de la Inquisición", "Pórtico de San José en Madrid", "Pobres esperando la hora de la limosna", y su obra más conocida es "¡Se aguó la fiesta!", la merienda campestre interrumpida por la presencia de un toro, cuadro reproducido infinitamente desde las planas de La Lidia hasta los abanicos pericones de las damas de aquel tiempo.